Desde que Emma Thompson y Anthony Hopkins protagonizaron Lo
que resta del día, las películas con criados o mayordomos me resultan difíciles
de digerir y prefiero evitarlas. Estoy seguro de que el filme ingles fue bueno por la calidad de los actores pero aún así no lo quise ver. Además, una historia de una niña fresa con
conflictos sociales y servidumbre indígena parece más bien una historia de la edad media, o alguna historia creada
por Alfonso Reyes para regañar a la
gente. Y Alfonso Reyes ya es un poco
fascista para la Era del Smartphone. De igual forma, si en los Estados Unidos los pueblos originarios
son ignorados o encarcelados de que sirve un premio para un indígena
extranjero. No encuentro la novedad de un personaje como el de Yalitzia. Diferente cosa sería si el pueblo indigena contara sus historias con sus propios medios de comunicación, sus propias
revistas como la Vanity fair. Si Yalitzia en algún filme vendiera armas a algún ejercito libertador. Si saliese como compañera de aventuras de Rambo. O de perrito faldero de Rambo. Asi, por otro lado, ya muchos buenos directores extranjeros
(Buñuel por ejemplo) han podido mostrar diferentes aristas de los indígenas mexicanos
como para ir ahora hacia atrás. Tal vez los ingleses tengan servidumbre y esa
es su idiosincrasia; o quizás desde la realeza mejicana añoran a sus criados
franceses de la colonia y ahora quieren utilizar a la eterna María. Pero como dirían en los años ochenta:
Que ellos mismos limpien sus tazas de baño.
Funzi.
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