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11/8/15

Historias de la lucha de los pueblos


LOS MÁRTIRES DE HAYMARKET
          La festividad socialista del Primero de Mayo, se originó con la ejecución de cuatro anarquistas en Chicago en 1886 por organizar trabajadores en la lucha por la jornada de ocho horas. La American Federation of Labor había lanzado una llamada a la huelga para el 1 de mayo de 1886, apoyando esta demanda. En Chicago los anarquistas eran la fuerza principal en el movimiento sindical, y en parte como resultado de su presencia, los sindicatos actuaron sobre esta llamada con las huelgas del 1 de mayo. Se convocó un mitin para protestar la brutalidad policial durante estas huelgas. (La policía había atacado un piquete, matando a uno). Según se disolvía el mitin, fue atacado por la policía. Una bomba fue arrojada en medio de las fuerzas policiales, quienes abrieron fuego sobre la multitud. Al final, todos los anarquistas conocidos fueron arrestados, la policía bajo órdenes de "hacer las redadas primero y consultar las leyes después" del procurador del estado.
Ocho anarquistas fueron juzgados por complicidad de asesinato. No hubo ninguna pretensión de que ninguno de los acusados hubiesen cometido ni planeado el bombazo. Por el contrario, se instruyó al jurado que "La ley está siendo juzgada. La anarquía está siendo juzgada. Estos hombres han sido seleccionados por el Gran Jurado,   inculpados por ser líderes. No son más culpables que los miles de sus seguidores. Señores del jurado; hállenlos culpables, hagan un ejemplo de ellos, cuélguenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad". El jurado estaba formado por hombres de negocios y un pariente de uno de los policías muertos, así pues, los acusados fueron hallados culpables. Siete de ellos sentenciados a muerte, uno a 15 años de cárcel.
Una campaña internacional causó que dos de las sentencias fueran conmutadas a cadena perpetua. De los cinco restantes, uno burló al verdugo suicidándose la víspera de la ejecución. Los cuatro restantes fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Se les conoce en la historia laboral como los Mártires de Haymarket.
Albert Spies (uno de los mártires) se dirigió a la corte después de haber sido condenado a muerte: "Si creéis que ahorcádonos podéis acabar con el movimiento obrero ... el movimiento del cual los millones de oprimidos, los millones que laboran en la miseria y la necesidad esperan su salvación -- si ésta es vuestra opinión, entonces ahorcarnos! Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá, detrás de vosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar". En su día, y en años posteriores, este desafío al estado y al capitalismo ganaría miles al anarquismo, particularmente en los propios EEUU.
Para comprender por qué el estado y la clase patronal estaban tan determinados a colgar a los anarquistas de Chicago, es necesario darse cuenta de que eran considerados como "líderes" de un movimiento laboral radical y masivo. En 1884, los anarquistas de Chicago publicaban el primer diario anarquista, el Chicagoer Arbeiter-Zeiting. Era redactado, leído, publicado, y era propiedad de los inmigrantes alemanes del movimiento obrero. La circulación combinada del diario, del semanario (Vorbote) y la edición del domingo, (Fackel) más que se dobló, de 13,000 ejemplares en 1880 a 26,980 en 1886. Habían periódicos anarquistas para otros grupos étnicos también.
Los anarquistas fueron muy activos en la Central Labor Union, haciendo de ella, en palabras de Albert Parsons (uno de los mártires), "el grupo embriónico de la futura 'sociedad libre'". Aparte de su labor sindical organizadora, el movimiento anarquista de Chicago originó también centros sociales, picnics, charlas, bailes, bibliotecas y un montón de actividades. Todas ellas contribuyeron a formar una cultura obrera distintamente revolucionaria en el corazón del "American Dream". La amenaza a la clase dominante y a su sistema era demasiado grande como para permitir que continuase . De ahí la represión, la corte canguro, y el asesinato estatal de aquellos que el estado y la clase capitalista consideraba "líderes" del movimiento.      





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