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15/7/11

Xalapa y su pandilla.


Xalapa y su pandilla. I

A partir de las protestas estudiantiles en Xalapa y otros estados de nuestra República Mexicana (Guerrero, Chihuahua) en los años sesentas. Empiezan a generarse en el país y en la capital de Veracruz la llamada desobediencia civil post-moderna practicada por algunos y la mediatización practicada por otros. Hoy es común ver a los habitantes de Xalapa olvidarse de que ellos son los dueños de la ciudad. Dejando para la policía el problema de los pandilleros.

El común denominador después de los temblores del año 1986 en México fue la des-centralización de dependencias de gobierno y la migración hacia otras partes del territorio por habitantes del Distrito Federal. Sumada al aumento de la población en la provincia, es estudiado el surgimiento de pandillas en Xalapa. Venidas desde diferentes partes del territorio (como también grupos pandilleriles totalmente jalapeños) catalogándolos como grupos de jóvenes desempleados en los cinturones de miseria. Es risible y nos causa pudor el informe periodístico donde se anuncia que: Los pandilleros ya no se quedan en sus colonias como antes, ahora asaltan los parques o centros recreativos para intoxicarse, formando comunidades poco ortodoxas.

En los principios de los años sesenta las comunidades norteamericanas pasaron por un periodo de liberación estudiantil gracias al surgimiento y al mensaje de sus valores juveniles. En la música, la literatura, las artes plásticas, el cine y en el pensamiento moderno; alentando a la sociedad para la búsqueda de métodos mas pacíficos en el convivio con los pueblos vecinos o lejanos. De esos viejos raizales se formaron contraculturas que fueron reforzadas por la filosofía de varios países, el pensamiento moderno, su propia economía y sus revaloraciones. Permitiéndoles subsistir sin desaparecer y sin la necesidad de perder la libertad de pensamiento ganada en aquellos actos o manifiestos del tipo social.

Asaltando Parques Jalapeños

No debemos solapar a esos chicos (como todo individuo olvidado por las instituciones) en su camino secuencial de madurez o juventud por el sendero de las drogas recreativas. Si los hippies pecaron de virtuosismo y abuso de sustancias fue en momentos donde el ejército norteamericano utilizaba a varios de aquellos hombres para experimentar con ellos las nuevas drogas. El alejarse de las reglas establecidas obligó en mayor medida a los jóvenes a no tomar ningún trabajo, a viajar y a desinhibirse. Creando contra-culturas las cuales se acercan a las diferentes tribus de su país y aprenden filosofías, ricos valores, actividades. Todo esto gracias a los terrores de las guerras pasadas, se descubren los jóvenes en los sesentas sin obligación y con ánimos de buscar otras experiencias y situaciones.

Estos nuevos pandilleros jalapeños no han pasado por ningún trauma post-holocausto.

El país si algo les debe no es a ellos en realidad si no a los padres de estos: el cerrojo atrancado de un gobierno hermético. No solucionar la crisis de la educación.

Todo esto no es un motivo.

El trabajo remunerado, será la única opción para ellos, porque los anteriores rebeldes de esta ciudad como fueron las pandillas de Los Tecajetes, de Los Lagos, de La Progreso, de La Revolución; a los cuales les duraron diez o veinte años sus adolescencias; pasaron a formar parte de la ciudad trabajando como obreros, oficiantes, ¡policías! Algunos obtuvieron carreras universitarias y olvidaron los rincones y las guaridas para formar familias.

Es decir, los malos gobiernos son siempre substituidos por pueblos con actividades planeadas, pensadas por gente organizada, buscando un bienestar. No son gritos y sombrerazos.

Funzi.

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