Utopía
Una
isla donde todo se aclara.
Ahí
se pisa la tierra firme
de las pruebas.
Hay un solo camino, el
de la llegada.
Los
arbustos encorvados se pliegan bajo el peso de las respuestas.
Ahí
crece el árbol de la Hipótesis Adecuada
con las ramas
desenredadas desde siempre.
El
árbol de la Comprensión, deslumbrante, recto,
junto al manantial
que susurra: “Es así.”
Más
se interna en el bosque, más se abre
el Valle de la Obviedad.
Si
surge una duda, la desvanece el viento.
El eco, sin que nadie se
lo pida, toma la palabra con ganas,
y aclara los misterios del
mundo.
A la derecha, una cueva donde hay sentido.
A la
izquierda, el Lago de la Profunda Convicción.
La verdad se
desprende del fondo y ya flota en la
superficie.
La Seguridad
Intocable domina el Valle.
Desde su cumbre se contempla la esencia
de las cosas.
A
pesar de tantos atractivos la isla está despoblada,
y las pequeñas
huellas de los pies, reconocibles
en la orilla, se dirigen todas,
sin excepción, al mar. Como si sólo se hubieran ido desde
allí
para volver a sumergirse, sin remedio,
en una vida
inconcebible.
Tomado
de www.materialdelectura.unam.mx
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