El
pleito de los delfines:
Desde
siempre, los delfines ( llamados también Calderones) han tenido una
estrecha relación con los humanos, pero desde hace tiempo su visión
en las costas es casi imposible. Para justificar esa desaparición
existe la leyenda del pleito de los delfines.
Hace
tiempo los delfines abundaban en las costas de Candás, Gijón y
Luanco. Dotaban a las costas de gran alegría pero causaban grandes
destrozos a los pescadores en sus redes, y como consecuencia de ello
a su economía. Los pescadores desesperados hicieron una demanda para
que el cura de San Félix de Candás, el señor Don Andrés García
Castro, la presentase ante el Obispo de Oviedo.
Así
procedió el cura, y llevó la demanda hasta Oviedo. Celebrado el
oportuno juicio, se encomendó al Padre Maestro fray Jacinto de Tineo
que se embarcara al mar, junto con un notario y los testigos
pertinentes y leyendo la sentencia a los delfines les sugiriera
desaparecer de la costa.
Fray
Jacinto de Tineo así lo hizo, leyendo las censuras a los delfines,
así que los calderones, tomaron la decisión de no volver a molestar
a los pescadores y a sus redes, y por supuesto a su economía.
Desde
ese día, los delfines no se acercan a las costas y cuando de vez en
cuando aparece alguno varado en la orilla es por el castigo de
haberse saltado las leyes.
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