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5/11/14

5 de Noviembre de 2014


                                                               ¡Todos somos Ayotzinapa!

10/10/14

El Barto del Futuro


El Barto del Futuro


Llega a mi mente el recuerdo de un gran Rey Oriental; maestro de una gran sabiduría. Ocupó su vida en mostrar a todo su pueblo aquella enseñanza; su grey lo obedeció agradecido. Construyó tenazmente un altar muy hermoso para los antiguos sabios maestros; era tan agraciado como viril. Aquel sabio Rey se había dejado el pelo crecer para gobernar. Su cabello negro tan largo, le servía para dividir adentro del templo a su pueblo amado; los separó en dos lados. De un lado colocó a su linaje y a su reina, del otro lado los discípulos. Como un río era ese pelo tan largo y los habitantes, entregados a la doctrina divina, tomaron las enseñanzas y muchos de ellos fueron grandes maestros Budistas, vivieron adoctrinando a muchos hombres.
La civilización moderna digital necesita comprender como utilizar cualquier herramienta filosófica, sin lastimar a las personas -seres menos favorecidos o sin los conocimientos y aprendizajes tan modernos-, ni maltratar a los ideales, viéndolos como algo obsoleto y sin importancia trascendente en nuestras vidas. No podríamos comprendernos sin ellos.
Estuve el fin de semana leyendo el diario en casa, todo el fin de semana. Un pasatiempo agradable porque a veces no hay nada que hacer. Resuelvo: Esas noticias son implacables; los periodistas deben de tener mucha capacidad para absorber tanto castigo. Imaginé entonces una pequeña probabilidad, una vida decadente como muy real entre nuestras acciones tan triviales; una probabilidad futurista y cruel. El Domo -como serie de televisión- es un espacio habitado donde: No existe ya un ecosistema; es un sitio donde los rayos del sol deberían quemar digamos, como una gran lupa hermética. Pero andando un poco más entre los horarios de televisión abierta –yo no tengo cable todavía-, me acordé de una famosa serie futurista de Steven Spielberg anterior. Ataviada de mucha acción bélica. Llegó a mi mente la idea de poder hacer esta comparación, de nuevas y viejas filosofías: Quizá todos hemos escuchado sobre el famoso científico francés René Descartes; teórico matemático y teórico filosófico. Partí de un artículo del periódico del domingo catorce pasado para -en una probabilidad a futuro-, pensar en un chico filósofo con nuevas teorías o estudios modernos, viajando hacia el pasado; preparado con armas modernas para ametrallar a los cavernícolas del Cuaternario; sin piedad dispararía su arma, apuntando a indefensos protohombres víctimas de un psicópata futurista además invisible; aparte de ser un Filósofo, sería un Francotirador entrenado en tácticas de camouflagge y supervivencia militar, piloto de un ovni-drone.
“Chapoleado” totalmente el territorio explorado; después traería a los habitantes del futuro para habitar ya tranquilamente, aquella tierra “limpia” de cavernícolas. Pero los defectos de su civilización los acompañarían en aquel viaje; una alteridad poblando un principio: la honesta forma ulterior iniciando ya el proceso natural del lenguaje, masacrada por un asesino-futuro.
Asi es como la sociedad en la actualidad llena su vida, destruyendo antiguos principios del Hombre. Advertimos cómo para bien o para mal esos pensamientos son exterminados, provocando demasiado sufrimiento y muerte. No nos damos cuenta del grave error cometido por nosotros; eliminando por “diversión” ideales antiguos, como regla básica en nombre del “progreso” de nuestra civilización actual; esperando el ansiado desarrollo económico.
Además esas antiguas sabidurías no son totalmente destruidas por el Sistema, se guardarán en un arsenal; serán utilizadas como principios filosóficos como filosofía-semilla por los gobiernos; para invadir sanguinariamente nuevos territorios, he ir ganando la guerra económica tan normal en nuestros días. No soy un gran lector, tal vez soy un cavernícola de la filosofía del dibujo moderno. Tengo muchas preguntas por hacerme; pero de una forma u otra he notado a esos francotiradores, del tipo Robert de Niro; o del tipo Kiefer Sutterland en muchos lugares frecuentados por mi; un cavernícola mafioso del estudio. Sin embargo noto el respeto de los genios de la Ciencia; para todas las culturas anteriores. Además he sabido de varios estudios realizados a otras tribus aborígenes; aisladas de nuestro mundo digital. Tratan de eliminar a esas tribus después de estudiarlas muy exhaustivamente, pretenden adueñarse de su territorio, de sus materias primas necesarias para hacer sus futuras guerras Geopolíticas, sin interesarse por los aborígenes.


17 de Septiembre de 2014
Funzi


8/10/14

Ayotzinapa


Dia de la Raza


Cazcabelez para el gato; ah de la caza. Loz principioz de la colonización de loz Europeoz en Amérika zerán tratadoz en ezta ocazión con el teztimonio de Criztoforo Columbuz, zabio navegante de loz marez católicoz llenoz de agua; con un poco de zuerte, entenderemoz como ze empezó a colonizar un continente. Dejémoz hablar a Criztobal Colón, zabio hombre de prudencia, fablará en modo limpio y zano; como de hermano a hermano.




Mi nombre es Cristobal Colón caballeros. Llegué al continente Americano en Carabelas (tres) recién compradas a plazos a la Troika, me salieron muy buenas por que no les cambiaron el aceite hasta el segundo viaje a las Indias, como yo les decía de cariño a estas tierras canijas del fracking.

En busca de nuevas rutas





Afiliado a los grandes hombres de negocios, sufrí (de la mano junto con ellos) de inumerables burlas e imprecaciones, por la sencilla y mundana razón de haber contaminado los ríos de las Indias; aparte por contratar a Panistas, para hacerlos mis siervos y así me conectasen con bellas inditas teiboleras; además por no haber pagado las cuentas de los privados de estas vernáculas bailarinas.

El regreso al Viejo Continente



La noche de mi partida, para regresar al reino de los reyes católicos organizé una party con twerking, banderita mexicana y toda la cosa. A nadie le gusto; pero me eché unos tequilas; luego vomité en mi carabela y sobre mi lap-top. Para no verme tan racista, me llevé al Chicharito Hernández como refuerzo de los merengues.

Los Viajes Posteriores


De regreso a las indias y bailarinas tierras de acá mero, los hombres nacidos en América me recibieron con tanto cariño y respeto, haciéndome llorar por ello, haciéndome llorar y además haciéndome yo de unos cuantos terrenitos para sembrar vid y esclavizar a los inditos; tan molones con eso de unos dizque Derechos Humanos.

26/9/14

Poesía de León Felipe


SÉ TODOS LOS CUENTOS


Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

17/9/14

Leyenda Urbana


La amiga de la secundaria




-¿En cuál salón quedaste?

Sandra, volteó para ver quien le preguntaba por su nuevo salón de clases. Aquél nuevo lunes, iba a ser su primer día en la escuela Secundaria Federal 5 de la capital de Veracruz; había sentido por su espalda a una voz suave y enérgica al mismo tiempo. Volteó hacia atrás y pudo darse cuenta de la dueña de esa voz, vio a una chica delgada con uniforme de la secundaria, muy pecosa; le contestó amablemente.
  • En el del primero F, ¿y a ti, cuál te tocó?.
  • Me temo que en el mismo. Le dijo aquella chica.
Sonrieron las dos por un instante. Sandra había ingresado a la secundaria al aprobar su examen de admisión con promedio de 9.8. Aquella niña se había propuesto terminar el periodo de estudios secundarios con buenas calificaciones; Sandra era alta y de pelo castaño oscuro, de mirada tranquila con ojos cafés; era una chica seria pero accesible, muy amiguera; para Sandra, el cambio de escuela era solo un cambio de uniforme, tenía una hermana mayor, quien estudiaba la preparatoria; Sandra, sabía gracias a su hermana mayor de todos los problemas venideros al volverse alumna de recién ingreso en la secundaria. Para la hermana de Sandra, todo consistía en levantarse temprano, desayunar algo ligero; ya lista y con el uniforme puesto, dirigirse a la secundaria caminando. Vivían las dos con sus padres, muy cerca de la escuela secundaria; en la calle Centenario, colonia Trece de Septiembre.
Sandra aún no sabía cual sería su carrera profesional, pero no tenía prisa, le quedaban seis años de estudio por cursar; había charlado con sus padres acerca de elegir con responsabilidad y con calma una carrera. Sus padres eran evangelistas y le recomendaron no andar de novia con los chicos, hasta que fuera un poco más madura; le pidieron esperar para elegir también con quien vivir en pareja. Sandra usaba un celular ALCATEL 5036; conversando con aquella nueva compañera muy pronto quiso intercambiar números teléfonicos, la otra chica se llamaba Diana, era de Xalapa y vivía lejos de la escuela. Allá por el Castillo. Tenía el pelo ondulado y negro, su piel era del color de la nieve y tomaba cierto tiempo acostumbrarse a las pecas de su cara, las pecas le llegaban hasta los senos aún sin desarrollar en Diana, era un poco mas bajita que Sandra, delgada, como una modelo de revistas, pero casi sin maquillaje, apenas un tono cereza en los labios, con las uñas pintadas de rojo cereza igualmente; en cambio Sandra no usaba maquillaje alguno, tan solo se sujetaba el cabello con una dona, se aplicaba en el cabello un poco de mousse; usaba aretes: un par de perlas pequeñas de color blanco. Después de hacer los honores a la bandera y de anotar sus números mutuamente como nuevos contactos en sus celulares, se dirigieron a tomar la primera clase: Física. Las dos estudiantes se sentaron en bancas paralelas y se mostraron sus cuadernos nuevos, se prestaron sus lapiceros para escribir sus nombres en los cuadernos y comprobar los colores, Sandra usaba una pluma de gel negra; Diana tenía una pluma-linterna; la charla de las nuevas amigas giró alrededor de los artistas de moda, compartieron gustos musicales. A Sandra por ejemplo le gustaba Justin Beiber, a Diana le gustaba Enrique Iglesias y la música de Pitbull, soñaba con conocerlos en algún concierto; se emocionaron al nombrar al grupo One Direction y a Miles Cyrus. Entró la maestra de Física al salón de los alumnos del primero F, les pasó lista y los minutos de clase transcurrieron entrevistándose mutuamente todos los alumnos, para poder crear una comunidad entre ellos. Los alumnos del salón se mostraron participativos para poder conocerse. Las nuevas amigas se entretuvieron platicando mientras el resto del grupo se presentaba ante la profesora de Física; en el descanso, después de la clase de Geografía compartieron muchos recuerdos de su primaria. Diana, aprobó el examen de admisión por un curso propedéutico cursado en vacaciones, en cambio Sandra, solo estudió por su propia cuenta la guía de estudio. Las dos eran alumnas con calificaciones altas, no había otra cosa por hacer a su edad, solo la música y los deberes en casa eran sus preocupaciones. Los horas de aquel día pasaron con cierta calma y regocijo por estar en la escuela de nuevo; algunos chicos de tercer año en medio del descanso corrían detrás de una pelota de plástico jugando una cáscara de fútbol. Pasaban a toda velocidad cerca de las dos chicas sentadas en una jardinera; otras compañeras del salón se sentaron a platicar con las nuevas amigas; platicaron con Sandra y con Diana hasta terminar el descanso. Al salir de clases, Sandra se despidió de beso de Diana y le propuso hablarle a su celular por la tarde o mejor aún, mandarse mensajes a través del móvil. Diana tomó un taxi de color verde y blanco para llegar a casa. Sandra le dijo adiós a su nueva amiga y en el mar de estudiantes se mezcló un poco hasta encontrar la acera adecuada para regresar a la casa de sus padres.
La mamá de Sandra la esperaba con un flan napolitano como recompensa al primer día de clases, Sandra era muy adicta al flan, pero, sí era un flan napolitano, rompía a gritar de gusto por comerlo. Instalada en su recámara, con el plato de flan en la mano, organizó el calendario semanal de estudio y empezó a pasar los apuntes de las materias de la escuela; se cambió el uniforme hasta las cuatro de la tarde. Mirando una telenovela con su mamá; recordó, en medio de un comercial de yogurt para beber el contactar a su nueva amiga, la agarró bañándose, de todos modos Diana le contestó los mensajes desde su celular. Sandra esperó a su amiga mientras ésta salía del cuarto de baño y así poder platicar de su primer día en la escuela. Mientras su amiga se duchaba, Sandra encendió la radio, tomó unos dulces de la alacena para esperarla.
Al tardear, Sandra mascaba un chicloso y platicaba con su nueva amiga. A Diana le gustaron varios alumnos de tercer grado, pero a Sandra le gustó el maestro de la clase de Química y además le gustó el taxista que llevó a Diana a su casa después de clase. Le gustaban los chicos jóvenes trayendo un hawk como corte de pelo; además le pareció graciosa una pequeña herradura colgando en el espejo retrovisor del taxi. Alrededor de las diez de la noche, la mamá de Sandra le llamó a su cuarto para que bajara a cenar y después se durmiera porque ya era muy tarde. Sandra se despidió de su amiga con un gesto de desgano y se prometieron ver películas DVD el fin de semana. Alegres, se dijeron mutuamente adiós las dos estudiantes de secundaria.
Ya en el martes siguiente, caminando por las calles de la Colonia 13 de Septiembre de la capital de Veracruz, Sandra se dirigía todavía grogui hacia la escuela; en la secundaria se utilizaban menos libros y libretas diariamente, por eso le pesaba menos la mochila; solo su lonchera no había cambiado; adentro llevaba una torta de pollo, un plátano roatán y un jugo de naranja en envase tetra-pack; traía en su monedero jipi de tela, diez pesos para algún antojo; además llevaba la sonrisa provocada por volver a salirse un rato de la casa. Llevaba prisa por llegar y platicar con Diana, sus buenas migas prometían buenos años de estudio, pero lo importante sería saber si Sandra y su nueva amiga compartirían juntas el mismo taller. Los talleres en la secundaria, son las horas más relajantes del estudio porque abarcan medio día de horario escolar; además solo son prácticas casi casi aprobadas algunas veces si el alumno ya tiene algun conocimiento de las materias: Cocina, carpintería o electricidad. Eso se lo había dicho su hermana mayor.
Cuando llegó hasta la entrada principal de la secundaria, Sandra fue detenida por el prefecto de la escuela; era un hombre delgado, blanco y con marcas de acné de la juventud, usaba lentes negros opacos, el pelo de raya en medio, canoso a medias. Pantalón de vestir gris, suéter gris un poco más oscuro y una camisa blanca. Calzaba botines de cierre negros, con suelas y tacones de choclo. Con una voz entrecortada le comentó.

-Serías tan amable de seguirme hasta la dirección. Sandra lo siguió sorprendida.

Adentro de la dirección, la alumna de primer grado esperó unos quince minutos entre los muebles de las oficinas; veía a varios profesores o empleados de la dirección, marcando todos ellos sus tarjetones a tiempo, para comprobar la llegada del horario matutino a la secundaria. Todos ahí llegaban bien vestidos, traían portafolios y usaban diversas lociones, aromas apreciados por Sandra en cada vuelta dada por maestros y oficinistas enfrente de ella. ¡Ahí estaba aquel maestro tan atractivo! Un maestro de Química de primer año. Alto, blanco; con cejas pobladas y de barba cerrada pero afeitada, lucía un corte borsalino su cabello negro. Portaba una camisa blanca con pantalón caqui, a Sandra le pareció un galán de las telenovelas; aquél profesor de Química platicaba con la directora de la secundaria y sus miradas se dirigían por instantes hacia Sandra, luego, volvían a platicar inseguros entre ellos dos nuevamente. Sandra miró como la directora de la secundaria caminaba con ultranza por todo el pasillo de las oficinas de la dirección para saludarla; era una mujer muy profesional, aquello se notaba por sus modos, usaba un conjunto morado y una blusa color rosa claro, un maquillaje casi imperceptible, de piel blanca y sin arrugas, usaba unas zapatillas moradas de tacón medio. Tenía el pelo teñido de rojo oscuro. -Hola ¿cómo estas, eres Sandra verdad? Sandra sonrío nerviosa. –Si. Le contestó. La colegiala le ofreció la mano derecha para saludarla, la directora le correspondió el saludó cortésmente, pero de inmediato la tomó del brazo derecho con delicadeza y la dirigió hasta su oficina. Las dos entraron al espacio reservado para la directora y tomaron asiento con tranquilidad, Sandra se sentó en una de las dos sillas de madera con asiento de tela café, enfrente del escritorio de la profesora, esperaba no llegar muy tarde a su primera hora de clase, una situación muy importante para los alumnos en las escuelas; porque después, todo mundo adentro del salón de clases querrá saber acerca del alumno con retardo y se necesita de un buen motivo para no volverse objeto de burla; se lo había dicho su hermana mayor. Sandra miraba la oficina mientras la directora respondía un telefonema en el conmutador de su escritorio. Observó varias fotos, colgadas en la pared izquierda de la oficina construida con ladrilllos rojos. La directora de la secundaria aparecía en esas fotos siempre sonriente junto con algunos personajes importantes a cargo de la educación media en Veracruz; las fotos aquellas, rodeaban el título magisterial de la profesora. Abajo de las fotos había tres macetas de barro negro con primaveras plantadas adentro de ellas, decoraban tranquilamente un pequeño librero de madera ensamblado, de forma horizontal y de color beige; lleno de libros. Al seguir observando la oficina, Sandra se fijó en la pared derecha, había otro librero de madera beige ensamblado, mas grande aún. Lo habían llenado con tomos de enciclopedias de forro café. A ese librero de madera además lo habían adornado con fotos familiares. Sandra imaginó ver en esas fotos a los hijos o a los familiares de la directora, gente sonriente y ligera. Ninguno de los dos libreros tenía polvo. Fijó su mirada en un archivero metálico de tres cajones a lado del librero grande. Arriba del archivero, Sandra miró una maceta de cristal con una planta de agua inmóvil. La ventana a espaldas de la directora de la secundaria, estaba decorada con persianas largas y de color hueso; las cuales se encontraban todavía cerradas aquel día martes. Mientras checaba la Laptop de color rojo metálico de la directora, un modelo HP 14-ROO4; la alumna de primer grado creyó oler a canela en el ambiente de la oficina. Para la opinión de Sandra, era una oficina muy elegante; enfrente al escritorio escuchaba como la maestra hablaba acerca del horario de clases o de algún salón de segundo año. Sandra se sentía algo especial y algo cohibida al estar ahí sentada. ¿Cuánto tiempo necesita uno para llegar a tener un fino escritorio y una oficina así? Al fin libre del telefonema, la directora miró a Sandra por algunos segundos. Después le habló con voz afectuosa y nada familiar.

-Se, por varias personas, que ayer estuviste actuando muy raro y en muchas ocasiones a lo largo de las clases. Sabes, a veces los alumnos se ponen muy nerviosos cuando llegan a estudiar al primer año de clases. Mira Sandra, me dijeron que te vieron varias veces el día de ayer hablando sola. ¿Es un amigo imaginario o sufres de algun síntoma que necesitemos saber de ti?. Además, me gustaría hablar con tus padres sobre esto. La directora, con firmeza en la voz, le comentaba el motivo de la charla a una Sandra cada vez mas pálida.

-Solo hablé con Diana y con Fernanda y otras compañeras en el descanso. Trató de explicarse Sandra mientras balanceaba su lonchera con las manos, sintiéndose justificada entonces, percibió un olor a pollo mezclado con un olor a plátano y canela en el ambiente. La directora, hizo pasar a su secretaria para ofrecerle a Sandra un vaso de agua y obtener para si el número de teléfono de la casa de los padres de aquella alumna de primer grado. Miró a Sandra con una actitud de reto.
-No es bueno decir mentiras a las personas señorita. Estoy a punto de llamar a tus padres, porque los que te vieron hablando sola todo el día de ayer oyeron que mencionabas el nombre de Diana; pero, da la causalidad, de que Diana no existe en nuestras listas de estudiantes, ni en la lista de tu grupo ¿eres del grupo F, verdad?. Sandra asintió más nerviosa cada vez. Sintió deseos de salir de la dirección para traer hasta la presencia de la directora a Diana su amiga, seguramente ella se encontraba en el salón de clases y no le haría quedar mal ante la directora de la escuela. Con un temperamento duro, pero cortés, le propuso entonces la maestra directora a Sandra regresar a la casa de sus padres, volver junto con ellos; además de traer los resultados de un chequeo médico general y de sus facultades mentales si era posible, o algún dato médico antecedente a esas crisis en su persona. Sandra replicó, le propuso con una cortesía nunca antes empleada por ella el traer a su nueva amiga hasta la dirección para demostrar su cordura, o como Sandra decía.

-Para que vea que no es mentira.

La directora de la secundaria, inquieta por tomar una decisión, llamó al prefecto de la escuela para poder comunicarse con la tal Diana. El prefecto entró a la oficina de la directora; sacudido por la noticia, fue muy discreto al sentirse molesto por la conducta de Sandra, hizo equipo junto con la directora para así mostrar su incredulidad ante la alumna de nuevo ingreso. -Nadie ha hecho esto antes en la escuela. Le dijo a la profesora; aparte le mencionó el no poder buscar a esa Diana en los salones porque esa alumna simplemente, no existía. La directora asintió con naturalidad. Para demostrar la mala actitud de Sandra, marcarían entonces el número de teléfono de aquella amiga imaginaria. El prefecto se encargó de hacer la llamada. Sin aspavientos marcó el número, le contestó un voz de mujer y le preguntó al prefecto amablemente quién le llamaba, por ser un número de teléfono desconocido para ella y para su móvil. El prefecto preguntó entonces por la amiga -imaginaria- de Sandra llamada Diana, alumna de la escuela Secundaria Federal 5 del salón primero F. Al presentarse como prefecto de aquella institución, logró conseguir la atención de la mujer en el otro lado de línea, quien dijo llamarse efectivamente Diana pero sin tener ninguna hija en aquella escuela ni con ese nombre, aparte le comentó: La única Diana viviendo en este domicilio soy yo. Pero ya tenía 34 años. Bien cumplidos en Diciembre. Habiendo cursado la secundaria en la Federal 5 hace ya mucho tiempo, mas sin embargo, en efecto, le tocó cursar sus estudios secundarios en un grupo F; pero de aquellos años de secundaria ya había pasado mucho tiempo. El prefecto, miró a Sandra por segundos alargados y con los ojos como platos, con una mueca en el rostro le preguntó cómo era su amiga. Sandra, dueña de la situación, les describió hasta la pecas de Diana, su voz, su pelo, hasta sus apellidos: Espinosa Domínguez. Aparte, Diana vivía por el Castillo. La señora Diana al otro lado de la línea le confirmó al prefecto (ya éste con la cara apachurrada) las señas físicas, la dirección de allá por el Castillo, sus apellidos; pero con la condición -le dijo la Diana madura al prefecto- de no estar en medio de una llamada de soborno, los apellidos dados por aquella señora fueron los mismos: Espinosa Domínguez. Los apellidos y los demás datos eran correctos. Disculpándose, el prefecto dejó toda la responsabilidad de esa llamada para “la mala actitud” de una alumna mal intencionada. Haciéndole notar a la Diana madura la falta de tacto de aquella alumna para involucrar a alguien externo en una conducta nociva. Sandra, miró al prefecto con desprecio mientras tomaba un poco de agua. El prefecto ya no podía hacer nada, miró a la directora pidiéndole una solución, la directora solo agachó la mirada. El prefecto se despidió de la señora Diana Espinosa Domínguez de una forma pomposa, poniendo el honor de la escuela secundaria de por medio para no tomar a esa llamada como una broma de mal gusto, o algo peor. La directora de la secundaria le pidió salir a Sandra de la oficina, Sandra salió sintiéndose como un campeón en medio de un Vale Todo, quedándose la maestra tan solo en compañía del pálido prefecto. Los dos hablaron durante siete minutos. Al cabo de ese tiempo, la directora salió de la oficina junto con el prefecto y le pidió a Sandra, con una actitud profesional, volver a sus clases regulares.

Sandra entró al salón de clases pero nadie la notó. El grupo de primero F tenía clase de Inglés. La maestra de Inglés, dio permiso a Sandra de sentarse en su lugar, al mismo tiempo seguía leyendo un texto en el idioma de Shakespeare, sin detenerse, para no interrumpir la concentración de los alumnos. Sandra se sentó en su banca y miró alrededor del salón para ver si veía a Diana. No estaba. Al lado de Sandra, solo había un alumno gordo con gafas carey de imitación. No estaba conforme, sacó su libro de Inglés de primer año de su mochila, al momento de abrirlo terminó la clase con el murmullo clásico de los alumnos en los salones esperando el cambio de materia. Algunas compañeras de clase, mientras llegaba el siguiente maestro, abordaron amigablemente a Sandra, dos de ellas tratándola como rarita, entre chistes o risitas burlonas le comentaron los objetivos vistos en la clase de Inglés. Sandra se disculpaba y medio sonreía, tratando de seguir la charla.
A Sandra no le gustaba la idea de una Diana no existente; porque hasta se había quedado con su pluma-linterna; la sacó de su porta-lapiceros, observándola guardó la pluma linterna con mucho cuidado, tratando de no maltratar ese recuerdo; entonces, con cierta dignidad en sus adentros, sintió ganas de hablarle por teléfono a Diana al final del horario de clases de aquel martes. Ella tenía su teléfono; no podría equivocarse. Mientras las horas de estudio de aquel día se volvían pasado, Sandra no se notó en ellas. No hizo ningún apunte de las materias en sus cuadernos. Regresó a casa después de despedirse de algunas de sus compañeras afuera de la escuela secundaria, al darse la vuelta oyó al avanzar detrás de ella algunas risas burlonas. No podía evitar aquello, seguramente la agarrarían de puerquito por todas esas circunstancias; ya sin soluciones, al volverse a la casa, se encaminó por la acera de la avenida Maestros Veracruzanos y vio estacionado al taxi verde y adentro de la unidad al chofer mohicano. ¡Era el mismo taxi abordado por Diana el día anterior! Esperando enfrente de la secundaria. Sandra no tenía dudas, era el mismo taxi, lo sabía porque ella había anotado mentalmente el número de la unidad, por si las moscas. Miró al mismo taxista atractivo. Joven y flaco, moreno, con el pelo mohicano y de apariencia inofensiva. Miró la herradura colgando de su retrovisor. El taxista, apenas la notó como un prospecto de pasaje, pero con parsimonia la ignoró por ofrecerles a otros alumnos una corrida en la unidad color verde y blanca, haciéndoles señas a los estudiantes con la mano derecha sobre el volante del automóvil.
Al llegar Sandra a casa de sus padres, la recibieron todos sus familiares con las bromas de siempre; por el frentazo aquel, se alejó hacia su cuarto sin noción del momento, sin interés por convivir con la familia. Adentro de su cuarto, aventó su mochila a la cama, se miró al espejo y se quitó una dona sujetadora de pelo color naranja, se quitó su camisa de la secundaria, su camiseta, con desgano se quitó el sostén y el resto del uniforme. Bajó de su cuarto vistiendo una camiseta azul pastel y un short amarillo con sandalias tipo gallo de color verde claro. Con rumbo a la cocina, le pidió a su mamá no distraerla de sus tareas escolares. Al mismo tiempo, se sirvió en un plato plano de plástico una gran rebanada de flan napolitano. Guardó el refractario con lo que sobraba de flan en el refrigerador. La mamá de Sandra, sorprendida por el tamaño de aquella rebanada de flan; le mencionó los peligros de engordar por tanta azúcar. Sandra no la escuchó. La luna xalapena, junto con la música de la radio acompañaron a Sandra aquella noche. Jugueteaba con la pluma-linterna de Diana. La capital de Veracruz, llena de luces, fue visitada entonces por una lluvia nocturna; constante y menuda.

20 de Agosto de 2014
Funzi

9/9/14

Meme


¡No la fabricación de armas atómicas!

 A sesenta y nueve años de los bombardeos en Hiroshima y en Nagasaki.

Leyenda Urbana


“Todos los enemigos de la diferenciación vienen a serlo del progreso; es natural por ende, que consideren la originalidad como un defecto imperdonable”
José Ingenieros

Para Gustavo Adrián Cerati. Por su Art-Poetic y por hacerme tan feliz en mi adolescencia.



El Buda del Trabajo


Juan es el Buda del Emprendedor. Un día, encendió un cigarro al salir de su trabajo y volvió loca a toda la ciudad.
Juan no era el gran Buda Sakyamuni, enorme maestro espiritual de un parte de los habitantes de este planeta. Juan mucho menos era el Buda Maitreya, el maestro tan esperado por la Sanga en estos raros tiempos modernos. Tampoco era el Buda de la Suerte, ese Buda rollizo siempre alegre, dispuesto a ayudar en los negocios o en los hogares; presente en los puestos del mercado donde se ofrecen amuletos o recetas de yerberos y de curanderos. Juan era el Buda del Emprendedor. Le delataban sus aptitudes naturales: Una habilidad para trabajar tan propia de él y tan evidente; su destreza, su disciplina, su respeto hacia los demás compañeros de trabajo; una actitud tan amable como desprendida a la hora de convivir entre los suyos; todas esas virtudes le daban la oportunidad de situarse en un lugar especial en el escalafón de las nóminas. Entre los empleados regulares y de los jefes menores; entre los dueños de las empresas o de los negocios locales y entre los subordinados. Aparte Juan no era un Buda del Emprendedor común y corriente; la mayoría de los Budas del Trabajo quedan atrofiados de sus capacidades mentales por tanto trabajar con el paso del tiempo, la horrible competencia en los trabajos los absorbe y los vuelve un mero desecho inservible. Reciclable.
A esas virtudes naturales otorgadas a Juan, los demás empleados de su trabajo las imitan de forma constante; porque los hombres en este mundo nacen con la habilidad para poder hacerlo; en su naturaleza está el imitar virtudes para sobrevivir a su entorno. Un entorno en el cual los empleados comunes de los negocios no trabajan bien, porque no les pagan bien; otra manera de decirlo sería el que los empleados “hacen como que trabajan” porque los dueños de las empresas “hacen como que les pagan” a la hora de repartir emolumentos. Así, todo se resuelve en una jornada laboral fincada en el odio; el odio de los de arriba hacia los de abajo y de los de abajo hacia los de arriba; un odio convertido en rutina. Algunos expertos le llaman a esa practica inmisericorde Bullyng laboral, otros la definirían como una cruda tortura psicológica.
Los empleados y los dueños de los negocios viven mirando a las horas pasar en un reloj-artesanía. Un reloj-artesanía que tiene en vez de números para marcar las horas doce máscaras de antiguos personajes del Aztlán, propios de las culturas pre-Colombinas; anteriores a esta época. Máscaras de tigres, de leopardos, máscaras de palma, de reyes antiguos con tres ojos, de madera o de hierro. El placer y el odio conviven en estas tierras, entre los millares de negocios o de empleos. Todos los hombres de las oficinas usan máscaras; las usan aparte las amas de casa, los dueños y los empleados de los locales de comercio, los universitarios, los hampones, miembros de la delincuencia organizada.
Los Gobernadores de estas tierras americanas hacen de la industria privada una carta fuerte para provocar la abundancia económica en las comunidades. A la industria privada le otorgan amplios beneficios tributarios para poder realizar sus actividades comerciales. ¿Los empresarios? Viven felices y prosperan. En sincronía, los profesores de las escuelas preparan a los alumnos (futuros hombres y mujeres) para hacerlos subir a través del escalafón laboral, para encontrar estos futuros hombres y mujeres un lugar donde poder asentarse. Ya instalados en sus plazas laborales, podrán realizar los deseos ocultos de sus mentes. Los estudiantes en aquellas escuelas, solo aprenderán trucos para poder sobresalir a base del odio y de la rutina; volviendo a esas prácticas algo común en todas las empresas, como una constante general. No se puede vivir en medio de esas máscaras surgidas desde el odio y desde el placer, porque las comunidades harán de los Budas Empresariales (como lo es Juan) meras máquinas destinadas para su servicio; les hackearán sus cerebros para saber de sus secretos y así poder vivir tranquilos en sus puestos o en sus oficios; imitando las habilidades del
Buda del Trabajo para sobresalir en los negocios. Llegará el momento en que la sociedad, actuando como unos verdaderos Crackers (ya no como Hackers) mandarán a los Budas del Empleo directo a los hospitales psiquiátricos por tanto utilizarlos y si lo anterior expuesto no ocurre, los Budas del Trabajo se volverán inactivos, como un modo de sobrevivir, alejados del peligro de las empresas para no perder la vida.
Los métodos concretos y armónicos existentes para examinar a un individuo dentro de una comunidad, sin producirle ningún daño psicológico, son las actividades deportivas o las ciencias, las religiones o las escuelas. Desde ahí se pueden apreciar las conductas no deseadas entre los individuos y podemos notar la magnitud de sus actos y de sus deseos; de esa forma se les examina sin dañar al individuo común o a algún Buda de los Emprendedores. El insistente ajetreo actual en los negocios o en las empresas, vertido en el Buda de los Negocios, solo le provocará penas y sufrimientos; muy diferentes a una ruptura amorosa o al no ser parte de una familia tradicional siendo el individuo un huérfano, o penas y sufrimientos muy distintas a la falta de empleo o a la falta de cariño. El acoso vertido por la sociedad en el Buda Empresarial aparte de ser criminal, es una barbarie. La mente de ese Buda, predispuesta a sobrevivir en su entorno, no querrá estudiar ni querrá trabajar en medio de tanto odio; formará conciencia y se volverá un guerrero entre las masas; dispuesto a luchar para conseguir su libertad. La sublime enseñanza, bien aprendida por el guerrero, le mostrará al Buda de los Emprendedores la imposibilidad de volverse alguien mejor; se mirará como el musgo, el cual no puede ser piedra o no puede ser árbol; viviendo tan solo de alimentarse de aquellas materias de una forma intermitente. Una vida nada sencilla; le será difícil llevarla a cabo. El Buda de los Empresaurios para poder subsistir, elegirá oficios o carreras mediocres; obtendrá trabajos fáciles, donde nuestro Buda Empresarial no aprovechará sus virtudes otorgadas tiempo atrás. El odio constante (como ingrediente principal en la sociedad) le impedirá a aquellos Budas superarse en la vida; vivirán en medio de una falsa argumentación, abrevarán de los deberes y de las responsabilidades para con la comunidad, mas aprenderán con remordimiento los trucos malditos de la sociedad, esos trucos les servirán para salir avante de las situaciones de convivencia dentro de la comunidad; los realizarán para poder respirar; ese será su máximo logro en la vida; ese bochornoso objetivo solo los hará verse como unos gentiles-hombres en medio de situaciones degradantes para el género humano; en todo lo largo de ese camino, huirán de las masas en cuanto puedan, sin ser requeridos ni recordados por la sociedad. El destino elegido por el Buda Empresarial será muy peligroso; todos los caminos le llevarán a Roma. Aquellos sinuosos caminos situarán al Buda de los Empresarios en un lado u otro de la discordia moderna. Los hombres y las mujeres tan llenos de rutinas, vivirán utilizando al Buda de los Empres-arios de una forma cruel, porque en los dos lados de la batalla (para sobrevivir en este mundo) no existe un rostro lleno de perdón y lleno de amor aún hoy descubierto, distante de las caras de guerra. No existe ningún hombre en la actualidad inmerso en la sociedad moderna, mostrando al mismo tiempo su rostro de misericordia o de perdón.
La sociedad moderna, no sobrevivirá solamente con las industrias y con el intercambio de tecnología, dejando olvidadas a las otras bases o raíces de su origen en este planeta.
Juan pegó en la pared de su cuarto varias páginas de diarios y de revistas con poemas en su contenido; páginas de viejos libros de poemas. Las pegó sin orden alguno en las paredes de su cuarto; observó como cada uno de esos poemas empezaron a flotar dentro de su habitación. Supo lo que pensaban los hombres y las mujeres habitantes del mundo moderno y del pasado; escuchó la opinión de los poetas jóvenes y de los poetas viejos, en cada minuto de aquel día o en cada máscara del reloj. Escuchó y descubrió los ideales de los hombres Budas como lo era él. Encendía cigarrillos adentro del cuarto como reflejo, para liberarse del histrionismo de la sociedad. Juan nunca usó a las máscaras para poder vivir, tan solo utilizaba a las palabras a lo largo del día. Día tras día.


5 de Septiembre de 2014
Funzi.

5/9/14

¡ No a la guerra en contra del pueblo Palestino!

¡No a la guerra!

Pensamientos de un Cargador


III Cumbre Abya Dala de Comunicadores Indígenas.



El tercero de los encuentros de comunicadores indígenas Abya Dala (Sangre Nueva) se llevará a cabo en el hermano país de Bolivia (allá en la patria grande) en el 2016. Antes de este esperado evento por sus claras repercusiones para todos los pueblos americanos se llevará a cabo en este mes de Septiembre una pre-Cumbre de comunicadores indígenas de igual forma en Bolivia desde el 17 al 20 de Septiembre de 2014. La mayoría de las poblaciones y sociedades americanas acabamos de salir vivos de los grandes consorcios y empresas internacionales de fútbol. El mundial dejó increíbles jugadas de fútbol, increíbles días de sol y playa; pero desafortunadamente dejó muertos y a mucha de la población étnica en Brasil le causo un grave daño. Pereciendo un número considerable de indígenas habitantes originales de las tierras brasileñas antes y durante las actividades mundialistas. Se gastaron catorce millones de dólares en gastos para la infraestructura, cuatrocientos millones de dólares en la reconstrucción del Maracaná, seis mil personas fueron asesinadas por las protestas, otras personas desaparecidas, favelas en protesta por la represión policial, prostitución en las calles y en los centros corporativos, además de planes de acciones guerrilleras en Brasil. Para la mayoría de los comentaristas, quitando el Brasil-Alemania, fue el clásico mundial de fútbol soccer.
Realicé una entrada para el tema de las comunicaciones indígenas y de los oprimidos o minorías anteriormente; ahí proponía una buena integración del trabajo en apoyo de los ecosistemas por parte de las comunidades y de los medios de comunicación ya existentes, además una búsqueda de espacios desde la posición de los artistas de diferentes géneros y así provocar una pequeña avanzada cultural dado que la juventud es mas receptiva hoy en día y no solamente vive de la internet. La libertad de los jóvenes estudiantes en la escuela es una oportunidad para encontrarse con los pueblos y tratar de saber el por qué y el cómo han vivído sufrimientos las minorías y las comunidades indígenas. El aprovechar sus espacios culturales les da la oportunidad de participar en el mundo real con temas reales. Desde la endoculturación pasaríamos a la propuesta original o personal de los estudiantes y así de verdad se comunicarían con los habitantes de sus comunidades. Haciendo algo diferente en esta ocasión, primero recordemos. Hablamos en la entrada de hace un año de la necesidad del acercamiento de las minorías con los medios de comunicación de cualquier rango (universitarios, estatales, federales etc.) para poder tener un espacio donde podría conocerse mejor la comunidad. La diferencia en este segundo escrito acerca de los medios de comunicación y las comunidades ahora serían los medios de comunicación  enfocándose en solucionar el problema de la falta de comunicación de las etnias y de las minorías. El ingresar a sus comunidades con proyectos de información mas competentes y de igual forma emanados desde la juventud estudiante de las comunicaciones. Los medios de comunicación son competentes porque hacen llegar los productos ofrecidos por estos medios a todos los rincones de las patrias, haciendo negocio y demostrando efectividad. No podemos hablar de una mala televisión si no de malos conceptos alrededor de ella, ni de malos o mediocres avances en las comunicaciones. La televisión esta viciada para poner un ejemplo claro y rápido; por tener ya sus años en las comunicaciones se le mira como una mala manera de comunicarse. Solo son puntos de vista externos; desde la mirada de la ciencia de la cual nos debemos apoyar el resultado de conocer lo que pasa en casi todo el mundo y la manera de poder accesar a esa información, hacen que los medios de comunicación sean necesarios, pero compiten las diferentes cadenas de comunicación para promocionar productos degenerados desde su origen. Estos grupos de productos o lenguajes se diseñan, se compilan y se empaquetan para hacerlos agradables y la gente a través de estos medios de comunicación no podrán elegir otro producto aparte del paquete de información, de entretenimiento, muneficiente o no muenficiente mostrado en el medio de comunicación. No lo podrán elegir por que no hay otro producto. La importancia del telévisor fue el momento en que la noticia llegaba hasta los hombres. Internet supera esta rapidez.
Un medio impreso en cambio, es el compañero ideal para la gente que viaja por sus aportaciones al lenguaje y la cultura de (llamándolo así) el bien personal y colectivo; porque no produce ningún ruido, puede accesarse o desecharse cuando uno quiera y puede producir en el hombre además un impulso de creatividad y diversión colectiva o singular. El medio escrito es la llave de creatividad y las imágenes audiovisuales solo representan en un logro efímero en la memoria de nuestro cerebro, aunque su impacto cultural sea igual de importante, la palabra queda entonces como una fuente inagotable (si se usa para nuestro presente) al mejorar las opciones de soluciones y motivación entre los buscadores de la gloria. La televisión hace años que es odiada y los que la siguen y la representan solo repiten lo que se hizo hace ya muchos años atrás en ella.
Nuestros jóvenes de ahora, realizan sus deseos mas rápido a los chicos de los años sesentas u de los años ochentas. La entrada de las etnias a los medios de comunicación enriquecería la parte creativa (o su comunidad obtendría viejos vicios de los medios de comunicación) para solucionar los problemas de sus ecosistemas y la falta de apoyo por parte de los gobiernos. El riesgo de entrar a formar parte activa de una sociedad es la falta de disciplina. Porque siendo disciplinado un pueblo puede soportar el olvido y puede soportar las nuevas formas de consumo; si el medio de comunicación convive amistosamente entre los habitantes para conocer los problemas de la comunidad y no solo como acto publicitario, las comunidades con esa herramienta elaborarían un proyecto de sociedades encaminadas a encontrar beneficios y respuestas a aquellos problemas. Así en vez de ser secretarías de la ventanilla del juzgado, la prensa convive con la comunidad y la fría burocracia intelectual en los medios de comunicación desaparece. Las soluciones de dejar entrar dioses extraños a nuestras ya de por si golpeadas ciudades, luego perder el reino por errores humanos no es nueva, el peligro está en la palabra vivir, como en una canción de Fito Páez, pero los pueblos deben actuar pronto, los medios de comunicación de igual forma junto con sus artistas para salir de este sinsentido actual. Así, oimos lo de siempre: En México se ha echo televisión desde los años bla-bla-bla blá y que no la quiere la gente desde los años bla-bla-bla blá y recientemente se acaba de realizar una buena producción donde se movieron tapetes de las malas conciencias, y sonrojó buenas conciencias y bla-abla-bla-blá. Llevo años oyendo de mejores producciones a través de la televisión (ahora le volvió a tocar a Tepito), quitando los malos programas de televisión (porque los hay señores) la televisión históricamente ha dado buenas produccciones. El arte no tiene porque gustar, pero lo único malo es el sistema (mas no tele-sistema) donde se genera. Porque sexenio a sexenio le quitan las partes importantes propias de cada medio de comunicación que constituyen piezas importantes en la estructura comunicativa por primera vez presentada de esos viejos modelos de comunicación. Tenemos un modelo a medias y con gente amateur haciendo lo que ya se a hecho, o se disfrutó hace algunos ayeres. Ahora le dan una cara de kareoke a toda produccción televisada, o se proponen matanzas como única solución a nuestros problemas a través de las series. O se inventa la realidad con los reality-shows.
Buscando ideas para publicar en la Internet, encontré en este año varias maneras de convivir como medio de comunicación entre las comunidades. Encontré al periodismo Bonzo y lo recomiendo; quizás en la ciudad sea una peligrosa forma de hacer periodismo al correr tantos riesgos los comunicadores; pero en establecidas áreas de comunidades esta convivencia (del tipo Bonzo) daría una idea completa de cómo viven nuestros pueblos hermanos y de cómo resolver nuestros problemas.
Para colmo, la buena televisión cuesta verla, por que ahora ya todo lo dan por antena parabólica.
Programas objetivos, subjetivos, espejos, espejismos, programas morales, amorales, pero todo cercano a nuestras habitaciones con un costo. La razón es sencilla para no ir tan lejos, todo se vende: la virtud, y la pereza, la violencia y el odio. Desde ahí todo sería mentira, pero la información no se pude transformar en producto. De alguna manera de ser así sería solo una ilusión todo lo televisado, lo bueno y lo malo.
La historia artística que desemboca en los proyectos audiovisuales comunicativos en México aún se puede salvar de la ondas de televisoras extranjeras, que pide a gritos una intervención en los países árabes como enemigos de los grandes consorcios capitalistas, corriendo el riesgo de heredar manías y pensamientos de las clases mas violentas por sus métodos para lograr con violencia lo que con nosotros han logrado con deudas y empatía con nuestras clases mejor acomodadas. Además no olvidemos la educación por televisión donde la mayoría de programas son realizados por expertos profesionales. El problema es diverso, tan diverso como cada una de las personas que mira un televisor, lee un diario, escucha una radio. La manipulación de los horarios televisados de la que hablan los varios espacios de comunicación por ejemplo, es el resultado de una suma de poderes que han encontrado métodos para hacer más extenso su territorio y su hegemonía. Hablemos de que no es un mal programa, está muy bien echo y con la tecnología de punta; pero podemos hablar de una deficiente observación psicológica o legislativa de las necesidades del individuo. No saben lo que necesitamos para decirlo rápidamente.
Como otro ejemplo un programa amoral, pretende provocar una reacción en los espectadores. Nada fuera de lo común. Una conducta se advierte como algo subjetivo. No tiene importancia hasta que el televidente toma una decisión moral, más allá de una simple opinión. Esta manipulación de consorcio llegan a las redes sociales por las leyes que se pretenden iniciar en varios países de primer mundo haciendo lo mismo que hicieron con la televisión. Propagar leyes para la futuros monopolios de la Internet manejando y supervisando los contenidos. sin olvidar que el origen de Internet es militar. Pero aparte de los consorcios dispuestos a monopolizar cualquier forma de comunicación, se encuentran los hombres y mujeres que le dan mal uso a la red con contenidos degradantes para los ideales de la sociedad.
Una solución son los partidos políticos; los cuales pueden pagar (con dinero del pueblo) espacios para el convencimiento de las personas para que voten, se afilien y puedan tener conocimiento de las ventajas de uno u otro partido. Cuando un partido político represente a los productores reales de la riqueza en la nación se encontrarán con las leyes siempre ahí, esperándolos para poder solucionar las bases comunicativas de la nación; las cuales al ser monopolizadas detienen el proceso artístico de la comunidad. La valoración para beneficio de los pobladores respecto al producto sería una cuestión del individuo quien elija o pueda ser elegido para llevar a cabo las soluciones. No encontramos malos programas por la tecnología avanzada y los temas que ahí se tratan. Encontramos mala información por la voluntad del hombre en tomar partido para beneficios propios. Así vemos como se ha vuelto el medio de comunicación en otra forma de coyuntura. Parte deuna lucha de poderes. Lo más sano sería no ver la televisión. La historia de la televisión es la empresa y el gran público que tiene libertad de elegir su televisión pero no puede elegir por no saber dirigirse en sus canales artísticos. Conocemos por los viejos que de muchas facetas del Arte no se puede vivir; desde pintores hasta bailarinas; desde historietistas hasta locutores. El verdadero problema en los espacios herméticos de la comunicación es la voluntad de no querer abrir espacios y los que se abren son espacios con la lógica de un poco de “algo” para toda una mayoría. Algo que solo a mi me gusta, porque es mi empresa.  Yo quisiera poder ver a todas las partes del TODO hablando en el mismo tenor de otras partes en los mismos tiempos, con las mismas oportunidades en los medios de comunicación. Debemos correr el riesgo de hacerlo, sin dejar de recordar la estructura de un ecosistema. Sin sus partes completas no se puede tomar ni como práctica cultural un programa por la televisión o un ensayo escrito en los periódicos; por que la gente no tiene una visión completa de los problemas de la sociedad. Para descifrar aquello de tomar partido necesitamos el perdón y la libertad.
Démonos la libertad de pensar en el arte de la esculturas, los pueblos humanos las han realizado a lo largo de la historia y seamos sinceros con las estatuas de piedra ante nosotros en este momento expuestas. De increíble belleza, es el arte de hombres quienes nunca se pusieron a pensar en lo caro de la gasolina. Entonces, si lo sólido de la piedra es la Fe en algo; el beso, las tablas de la ley, Jesucristo, los edificios de los jueces y los mausoleos, esculturas pre-colombinas, monumentos orientales, tratan de acercarnos a la Fe del hombre expuesta en algo sólido, piedra, algo sólido que representa la Fe. Si encontráramos otra forma de poder realizar nuestro acercamiento hacia la Fe, no veríamos como algo necesario crear entonces en roca de mármol porque la luna es nuestra roca, la teoría de construir en roca es para animarnos a realizar entonces nuestro acto de Fe en la noche con igual impetú de como fue realizado en el día. Así la roca es nuestro faro, donde se guían los hombres en el viaje nocturno, con los rayos de sol (ahora de la luna) iluminando la oscura noche.
Ahora, en estos mismos segundos muchos seres humanos se vuelven terroristas para grupos beligerantes en el Oriente y en el Occidente. Recordemos como al respetar las leyes de su Dios celosamente, recibirán la compañía de miles de Vírgenes en el Aztlán de los hombres musulmanes ; al verme en ese problema, noto cómo se les insinúa entonces de la llegada de miles de Eras de paz y de amor a este palneta. No de la oportunidad de aproximarse a la altura de un Califa Psiconauta. Volvamos al pensamiento anterior, yo como individuo no debo de olvidar nuestro Super-objetivo, como menciona el maestro Pasteca; ese Super-objetivo debe ser la hipótesis perfectible de un poder supremo. Luego, sigo viviendo con esa idea diariamente, el pensamiento y su obra, la palabra y el hombre, el Cosmos, mediante las conservación de los ecosistemas.


5 de Septiembre de 2014
Funzi



3/9/14

Poesía de Dorothy Parker

Si las flores les denegaran su pálida miel, las abejas 
no podrían sino pasar hambre y consumirse;
 y el musgo no puede vivir arrancado de los árboles,
ni el muérdago trenzarse con sus bolitas de cera.
De no ser por la luz del sol, los pájaros no cantarían,
y el cielo no se mostraría nunca azul.
Pero de todas las obras de la Naturaleza, 
la más maravillosa es qué bien me las apaño sin ti.


¨Meme de entre semana patriótica

True story

Buscando el ciclo de la vida

Buscando el ciclo de la vida

1/9/14

¡No a la fabricación de armas atómicas!

A sesenta y nueve años de los bombardeos en Hiroshima y en Nagasaki.

Leyenda Urbana


La fiesta prohibida


Antón volvió temprano de trabajar aquel día martes del mes de Julio; era un vendedor de artículos de piel; tenía treinta y siete años cumplidos. Como comerciante de artículos de piel establecido, visitaba comunidades vecinas a la capital del estado de Veracruz: Xalapa. No tenía esposa y no tenía hijos, vivía solo. Había estudiado la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Veracruzana. Siendo soltero, el sueño de Antón era el de radicar en el puerto de Veracruz; conseguir un terreno en alguna avenida comercial de la ciudad porteña, para luego establecerse allí con un buen negocio de peletería: vendería artículos de piel para dama y para caballero de muy buena calidad. Antón conocía muchas rutas comerciales para su mercancía. Conseguía las prendas de piel en Naolinco o hacía pedidos a otras ciudades del país; por algún tiempo, importó chamarras de piel traídas desde Barcelona. Repartía su mercancía en varios comercios de Coatepec; de Xico, en Tlaltetela, Totutla, Las Vigas, San Juan Ixtlayocan, Paso del Macho, Jalcomulco y en otras comunidades vecinas a la capital veracruzana. Todos los días de la semana los tenía organizados con rutas diversas para abarcar un radio de clientes muy basto. El negocio de los artículos de piel lo heredó de su abuelo. El padre de Antón, don Modesto Gutiérrez Vega, prefería criar cerdos; pero a Antón no se le daba la porcicultura, teniendo mala suerte además con los borregos; tiempo atrás llegó a perder un hato entero. Dos semanas después de perder el hato de borregos, su abuelo, don Pedro Gutiérrez Parral lo visitó y para animarlo le dijo:

- Antón, debes de invertir en mercancea como yo lo hago. Deja los animales pa después.
Te prestaré dinero pa que puedas empezar el negocio y varios clientes míos desde ora serán tuyos.

No le pudo cambiar la suerte a Antón de mejor manera, la plusvalía generada por la venta de los artículos de piel fue muneficiente; llegando a no darse abasto con los pedidos. Buscó con curia quién le ayudara en aquel negocio para aprovechar esa buena racha en las ventas. Contrató choféres para volverlos vendedores; compró dos camionetas con camper Nissan semi-nuevas. A los seis meses cambió esas camionetas por otras unidades de agencia –marca Nissan- de tan bien que le iba. Pasaron los años; Antón planeó dejar las rutas del comercio de artículos de piel para sus empleados solamente. Los empleados llegaban a la casa de Antón desde temprano por las unidades y por los pedidos de peletería. Lavaban las unidades en un car-wash como a las ocho de la mañana; allí se ponían de acuerdo los vendedores junto con Antón su jefe; quién repartía las rutas de acuerdo a la habilidad de cada vendedor. El negocio prosperó, Antón compró otra camioneta Nissan de agencia para así formar una flotilla muy dinámica. Con sus tres unidades de reparto, los empleados recorrían las comunidades y ofrecían los artículos de piel; Antón ya casi no salía a las comunidades junto con los vendedores de ruta, pero se daba un tiempo a veces para acompañarlos y así seguir teniendo una buena relación con los clientes. Uno por uno, visitaba a sus clientes y los saludaba, solventando las quejas surgidas de aquel negocio de peletería. Para Antón, la vida consistía en trabajar entre semana y convivir con sus parientes los sábados y los domingos. A Antón le encantaban las mujeres jarochas del puerto de Veracruz. La necesidad de jarochas y el negocio de tafiletería y peletería ya bien organizado le daban ánimos para salirse de Jalapa y vivir en el puerto jarocho. La familia de Antón era oriunda de Trapiche del Rosario y por esa situación no querían a un Antón viviendo en el puerto. Pero Antón mantenía un desarraigo latente desde su juventud; vivió solo los años de estudio de la escuela preparatoria y de la Universidad en la capital, gracias a su negocio, se había comprado un terreno y construyó una casa por allá por Finanzas del Estado; cerca de la salida a Banderilla, lo que ahora conocemos como el libramiento. Los viajes de negocios a Naolinco los realizaba cada fin de mes. Así, mientras los empleados viajaban por todo el radio de comercio establecido por Antón, este visitaba los comercios en Xalapa; manejando una camioneta Ram de color rojo último modelo. Aquellas rutas de comercio ya establecidas le daban la oportunidad a Antón de mejorar el servicio en sus ventas, lo más importante para Antón era el no perder a sus clientes, esa vieja clientela heredada de su abuelo.

Mira mi ´jo – le decía don Pedro Gutiérrez Vega.- Todo negocio al ojo del amo le va bien, la cosa es no dejarlo caer; las parrandas y los malos tratos con la gente, acaban con los negocios.

Así, Antón no se dejaba llevar por las buenas parrandas y por los malos tratos. Bebía con amigos muy cercanos a su familia y siempre estaba atento a las oportunidades hacendarias, para no pagar demasiados impuestos. Los amigos de la Universidad le daban buenos tips para evitarlos. Antón siempre les regalaba algún souvenir costoso a cambio de aquellos favores: Una chamarra, algún sombrero, a veces carteras o cinturones muy finos. Por ello nadie de sus familiares y amigos quería ver a un Antón lejos de ellos, viviendo en el puerto de Veracruz. Precioso puerto caballeros.
Aquella estampa de ganadero, lo había vuelto famoso entre los suyos, traía el bigote abultado, siempre calzando botines y vistiendo camisas de manga corta, gastaba mucho dinero en pantalones casuales por aquello de su trabajo: Antón siempre los echaba a perder. Vestía a diario ropa nueva, usaba relojes caros y cadenas gruesas de oro. Tenía los brazos nervudos como de camionero; traía dientes de oro y corte de pelo con pollina, usaba un modo de hablar muy propio de aquella comunidad del Trapiche del Rosario. En tantos años de vivir en la capital veracruzana, Antón nunca bebió en antros vanguardistas, pero era un hombre rico.
Aquel día martes, regresó Antón muy temprano a su casa ubicada allá por Finanzas del Estado para esperar las camionetas de reparto, regresó aquella vez más temprano a Jalapa porque sus proveedores (establecidos en Naolinco) realizaron un viaje de peregrinación a Juquilita. Antón se quedaba en Naolinco pernoctando para no manejar de noche cuando hacía sus compras; por un día o dos, las camionetas de reparto se quedaban con los empleados. Al llegar a su casa, Antón escuchó un ambiente de fiesta cercano a su lote. Abrió el portón de su casa pensando en alguna probable fiesta en casa de alguno de los vecinos. En su opinión era algo raro festejar en martes a media semana, aparte sus vecinos no eran pachangueros. Imaginándose en medio de la fiesta como remate de aquella noche, Antón notó que el jolgorio provenía desde su propia casa. Un olor a mota y el estruendo de música moderna a todo volúmen le pasmaron un poco. Al estar seguro de que el escándalo aquel venía desde su hogar, Antón sacó una cuarenta y cinco de la guantera de su camioneta Ram roja, con camper. Pensó en lo peor. Abrió la puerta principal de la casa y encontró para su sorpresa a un montón de duendes borrachos en pleno degenere regados por toda la sala. Uno de aquellos duendes tocaba unas tornamesas, usaba audífonos, gafas oscuras y mantenía prendido un cigarro de mota entre los labios; algunos de esos seres fornicaban en los muebles de la sala: en el sofá, en el love-sweet y en el sillón. Aparte notó a otros duendes bailando frenéticamente. Presenció como algunas de esas criaturas se preparaban tragos y coctéles en la cocina; con los rostros como de viejos, rollizos, arrugados, ebrios y con los cuerpos pequeños. Un duende encuerado pasó gritando muy cerca de Antón; este lo pateó con la pierna derecha, agitado por aquella escena, haciéndole estrellarse en la mesa de la sala al duende.
  • ¡Polecía!.- Gritó Antón.

Hubo entonces un lapso de espasmo entre los duendes y el dueño de la casa. A golpe de reflejos algunos duendes empezaron a correr gritando por toda la sala; otros agredieron a Antón para liberar la puerta principal y así utilizarla como escape inmediato. Los duendes lloraban, arañaban y gritaban. Una pareja de duendes seguía fornicando como si nada. Antón no pudo accionar su cuarenta y cinco por los nervios de no haberle disparado nunca a un duende. En alguna ocasión, Antón le había disparado a un perro callejero sin mucha suerte cuando era niño; practicaba muchas veces con dianas allá en el Trapiche del Rosario, Antón tenía buena puntería, pero se le diluyó en esta oportunidad entre su asombro y su coraje. Los duendes liberaron la puerta principal escapando en medio de gritos, rebotando entre ellos. Antón luchaba contra cinco duendes decididos para así poder levantarse del suelo, pero se desmayó al golpearse con el filo de una de las patas de su sillón mecedora. Pasaron tres horas mientras reaccionaba Antón de aquel impacto en su cabeza, escuchó un murmullo de voces, eran los empleados que habían llegado puntuales a entregar las unidades de reparto. Habían entrado al terreno al ver el portón ya abierto. Los empleados miraron desconcertados aquel desorden en casa de Antón y levantaron a su patrón mientras este vociferaba mentadas de madre. Le preguntaron los empleados qué había ocurrido. Antón, agitado; se sentó en las escaleras de la entrada principal de la casa. Un empleado le trajo una cerveza clara de media para tranquilizarlo; de pronto, las tornamesas revueltas en el trance aquél de los duendes cayeron al piso al no soportar la gravedad; el ruido producido de las tornamesas al caer hizo saltar a todos. Antón se acabó la cerveza de un solo trago y se levantó de las escaleras, tomó la cuarenta y cinco del escalón último, la guardó en la cintura, sacó un paliacate de la bolsa trasera de su pantalón; tratando de detener el sangrado de su herida en la cabeza al golpearse con una de las patas de la mecedora. Le pidió hielo a unos de sus empleados para bajar el chichón en el morro. Antón, junto con los vendedores, entró rengueando a la casa para beberse otra cerveza.

22 de Agosto de 2014
Funzi